Un Pollo en el Bar de Lestat

Hace tiempo que no escribía en mi blog, en parte por culpa de uds. ya que me dejaron practicamente ningún comentario. Me dije a mi mismo: Mismo, has arado en el mar. Y la verdad es que fue una experiencia algo frustrante, o sea, atentaba directamente en contra de mi ego de escritor. No me vengan con huevás que uno escribe por gusto, o por aportar algo a la cultura nacional! Huevás! Uno escribe pa que lo lean, asi como cuando competía en regatas lo hacía no por amor "a la mar", nada que versz, o hacía para ganar mis medallitas!!! Por lo tanto les aseguro que un escritor cuyos libros no son leídos se debe mantener a puro ravotril.

No es mi caso. No me han prescrito -aun- ravotril. Y frente a cualquier bajon no hay nada que una buena piscola -con barandita- no pueda solucionar.

Bueno, temas pa escribir hay muchos. O sea nunca falta la anécdota. Aqui va una:

Hace dos semanas andaba patiperreando en Valdivia. En realidad estaba, por trabajo, en Puerto Montt, pero como Valdivia la lleva más que Puerto, agarré el último bus, en el último asiento, sentado al lado de la hija de Java the Hutt -quien debe haberse llamado Pizza The Hutt porque te encargo el olor que llevaba la señora. Ahora bien, a Valdivia me fui por las razones que más adelante leerán. Por mientras, el viaje fue eterno arriba de un bus donde me daba asco hasta ir a hacer pipí. No es que sea asquiento, para nada; hay cosas que no me fruncen la naríz para nada y que son dignas de ser lavadas con lysoform, pero en este caso, el olor a caldo adentro del bus -porque a nadie se le ocurrió abrir una ventanilla y el que osaba hacerlo era humillado por atentar contra los derechos del roto- la hija de Java a mi lado que insistía en apoyar su gelatinoso brazo sobre el mio y el pendejo que que fue de "ulloa" (término escolar del siglo pasado que se refiere a la devolución de material alimenticio sin pasar por los intestinos) hicieron de la aventura un verdadero show que valió la pena y todas las pulgas que me pegué. ¡Que no habría dado por una pastilla de amnesia! pero como no tenia forma de conseguirla me resigne a contar ovejas. No más bajar del bus me "secuestraron" y me llevaron al Bunker...

Bunker es un resto-bar (como le dicen ahora) que esta en Isla Teja, donde hacen unos sandwichs increíbles... bueno la palabra increíble esta patentada para identificar a cierta persona, pero hagamos el beneficio que rotular el sandwich con el mismo adjetivo... lo que no significa que la persona sea tan rica como ese sandwich!!! O sea, es rica, más que el sandwich, pero no le trae ni pepino ni mayonesa.

Después de esa genial comida, que le traía la correspondiente piscola me fui a un cumpleaños muy entretenido y de ahi a un lugar cuyo nombre motiva este blog.

Como antecedente, yo venía de trabajar en Puerto Montt. O sea, con cuea me saqué la corbata, por lo que andaba todo formalito en el límite de lo ñoño. Pasé piola en el Bunker ya que varios andaban en el happy hour de rigor después de la pega del día viernes; en el cumpleaños se mantuvo la tonalidad... el problema fue después.

El cumpleañeros nos recomienda ir a un bar nuevo en una calle perpendicular a Av. Picarte, a media cuadra de ella. A pesar de que no tenía nombre no costó mucho dar con el lugar. No cobraban entrada... salvado!, pero te pegaban una registrá que te la encargo!!! O sea, mejores medidas de seguridad que en un aeropuerto! y pal que anda necesitado de tocamientos deshonestos les recomiendo entrar y volver a entrar y de nuevo entrar. Y bueno, apenas entramos -debidamente manoseados- me di cuenta, por el ambiente, de que se trataba del Bar de Lestat.

Nunca había visto tanto gótico ni vampiro juntos. Ni pensar en pedir camarones al pil pil pa picotear!! Todo rojo y negro, negro y rojo, muchos pelos parados, encajes y chaquetas como orejas de basset-hound que barrían el piso, miradas penetrantes que practicamente hacían una resonancia magnética al cristiano que entraba, ojos mas pintados que Nefertiti y muuuuuy negros. Uñas al tono -o sea negras también- (recomendación pa´mis amigas: olvídense de la manicure francesa si quieren entrar ahí!!!)

Y ahí figuraba yo, de pantalon de tela azul, camisa celeste cuello italiano y chaqueta de tweed asi como en la más Burberry´s y peinadito. Obviamente me sentí observado porque era un verdadero chancho en misa por lo que rajé a ocultarme al baño, único lugar medianamente iluminado del boliche. (Se acuerdan del chancho y sus tiempos?)

En ese momento, mis secuaces y yo decidimos que lo más prudente era evacuar antes que nos ofrecieran el trago de la casa: la sangría, ¿cuál otro?

Obviamente que en mi último viaje a Sur ni pensé en entrar al Bar de Lestat, por el contrario, opté por los lugares más tradicionales como el Bunker, con sus buenos sanguches y la infaltable piscolita con baranda donde además hacen unas papas fritas geniales!!! Papas a la diabla creo que se llaman... bueno definitivamente alguna referencia al otro Bar hay... parece que en Valdivia la lleva ser medio vampiresco pal carrete, mas que mal desaparecen tipos a cada rato, por lo que algo medio belcebucesco debe haber en la ciudad. Si hasta las relatoras de la Corte de Apelaciones se parecen a la Xuxa!!!!

Otro lugar que visité es el cafe Cappuccino Company que esta en el 2º piso del mall, al final del food court. No se escandalizen... no es el tipico cafe de mall, al contrario, es un verdadero Starbucks, bastante más barato, y con uno sillones la raja donde poder sentarse a tomar cafecito. Para los más conservadores también estan las tipicas mesitas con silla viena barnizadas color chocolate... pero yo opté por una chaise longe asi como estilo imperio tapizada en felpa rojo borgoña (otra vez los colores del coludo!) que invitaba a echarte sobre ella y adoptar una posición asi como la Mata Hari comiendo uvas, aunque con mis rollos más parecía Nerón... me faltaba la pura harpa y la caja de fosforos pa entretenerme un rato.

La siguiente parte de la historia debería escribirla bajo el seudónimo de Pollín Tellado... siiiiiii es el lado romántico de mis viajes!!!! jajajaja Pero como buena historia de Corín Tellado, independiente de toda la pasión, el entusiasmo y la complicidad de los personajes, el final siempre es trizte y no como de cuentos de hadas... o sea Cogollín se transforma en calabaza, las zapatillas de cristal vuelven a ser las Nike air que jamás en mi vida he limpiado y, asi como Shrek, vuelvo a ser el mino feo con el autoestima por los suelos...

No se asusten no se espanten, no es que me haya dado algo por el travestismo, para nada.. es sólo lenguaje figurativo para indicar que a veces los sueños son cortos, pero ocurren cuando uno más los necesita, y los vives tan a cagar que puedes recordarlos con todos sus detalles por muchos muchos años y, aunque hayan sido breves, bien valieron la pena y eso es lo mejor.

Ya. Me fui en la nostálgica... necesito un pisco sour

Bueno.

De historias sobre mis viajes pasaré en el próximo blog a una más real, esas típicas intrigas de pasión, sexo y drogas. Tengo el guión y los actores, sólo hay que afinarla para que nadie se sienta identificado(a) con los personajes que -RECALCO- son de ABSOLUTA FICCION. No se pasen rollos. Más de uno lo ha hecho jurando que cuando me refería a la Danieya Campos hacía directa alusión a un personaje de la farándula penquista... para nada... ahora bien, que ambas sean escaladoras y esten igual de cagadas de la cabeza es algo ajeno a mi. Yo sólo narro lo que veo...

Huyyyy que soy venenoso. Truman Capote es un niño de pecho a mi lado. Cría cuervos y te sacarán los ojos, solía decir mi abuelo.

Bueno los dejo con la curiosidad.

Bye.